El transporte público de la provincia de Barcelona, ha puesto fin al crecimiento que se venia desde el año 2014 por la pandemia de la Covid-19.
También, la crisis social, una crisis económica peor que la de 2009, la falta de turismo y los confinamientos, han motivado a tener una bajada de la demanda de hasta un 47%.
En Metro, la bajada de la demanda ha sido una de las más bajas en la historia reciente. Un 47,1%. Ni la apertura de la estación de Zona Franca y la máxima capacidad de trenes en hora punta, no ayuda a recuperar usuarios.
En Bus TMB, la demanda ha bajado en un 46,4%. También, han caido sus ingresos económicos por la supresión de las líneas regulares del Barcelona Bus Túristic y la casi definitiva de las líneas 102,103 y 104, han marcado su bajada de la demanda.
En los buses que dependen de la AMB, también han tenido una bajada similar a los buses de TMB. Llegando a considerar deficitarios algunos servicios como el aerobús y suprimir líneas como la E33 o el Barcelona City Tour.
En FGC, la demanda ha bajado en un 43,5%. Especialmente por la bajada de trabajadores que no han de ir presencialmente y por el turismo.
En Renfe, su demanda ha bajado en un 57%. Los confinamientos municipales, la falta de turismo, trabajos presenciales y la supresión de líneas como la R7 y R8 en según que dias de la semana, lo han notado muchisimo.
El TRAM, ha sido el único operador, que ha notado un descenso poco pronunciado. El total ha sido del 13,8%
Pero quien ha tenido peores datos es el Nitbus. Los toques de queda, confinamientos, falta de turismo y del ocio nocturno. Han notado una bajada de la demanda de hasta el 62%. Tal es el punto, que se ha suprimido las líneas N10 y N18.
La recuperación de la demanda, vendrá vinculada del regreso de la presencialidad en muchos trabajos, la vuelta del turismo y de la evolución de la pandemia.